¿Vidas reales?



Mi madre siempre decía: " Lo que no quieres que se sepa, no lo cuentes"

Este refrán hoy por hoy, es una locura. Podríamos decir "Lo que no quieres que se sepa, no lo publiques en Instagram". 

Vivimos en un tiempo en el que todo se publica, se cuenta. No conocemos el significado de la palabra INTIMIDAD. Si no publicas todo lo que haces, no eres nadie, estas sol@ y lo que verdad no sabemos es que, detrás de esas cuentas maravillosas, con tantos likes y tanto feedback positivo, quizás haya mucha inseguridad o soledad.

¿No te has parado a pensar en cuanto o como influyen determinadas personas en nuestra vida, en la de nuestros hijos? Nuestros hij@s han nacido con las nuevas tecnologías, saben lo que es un móvil desde que nacen. Esta en nuestra mano educarles para que sepan usarlas con cabeza pero ¿como vamos a enseñar y educar a nuestros hijos si nosotros, padres y madres, no hacemos un buen uso de las Redes Sociales? Hablan de la iamgen que proyectan, del no esfuerzo pero yo iría mas allá y metería en el saco a esas influencers ya más adultas, sin cientos de miles de followers (van desde 10k hasta los 100k) con un público más maduro, madres, trabajadoras. 

A mi en algún momento me han podido influenciar, de verdad, llegando a pensar en el tipo de vida, hábitos que tengo, en los hijos tan movidos y desobedientes que me ha tocado educar, en esta casa normal y corriente que tengo,... Si a mis 37 años he llegado a cuestionarme algunas cosas, imagina lo que pueden hacer en esas mentes jóvenes.

Y hablo de todo esto porque estoy realmente cansada, desencantada, hartita de:

  • Ver productos de todo tipo sin ninguna lógica y en cientos de cuentas a la vez. ¿Quien no ha vistos tres millones de ramos de flores y relojes?
  • Stories, encuestas absurdas sin gracia, menciones, fotos de todo y cada cosa que hacen, piensan, comen o beben.
  • Leer posts que digan como se debe educar a los hijos solo por ciencia infusa. 
  • Pedir consejo por todo a la "sabiduría instagramera".
  • ¿Eres o no una buena o mala madre?
  • Habitaciones y salones perfectos. ¿Que pasa con los baños y las cocinas?
  • Bebes o niños durmiendo placidamente sin pensar que es un momento suyo y de intimidad que no respetamos. 
  • Leer faltas de respetos continuos por pensar o decir cosas diferentes a lo que dicen los palmeros instagrameros. Con un poco de suerte no te bloquean o borran tu comentario.
  • Fiestas (las de cumpleaños infantiles se llevan la palma) pensadas por y para Instagram. ¿Y disfrutarla, cuando?
  • Abrir cajas con la ropa que se compran y que no se ponen porque lo devuelven todo después de hacer la foto.
  • Ver a niños con horas de vida y que parecen anuncios con tanta mención alrededor.
  • Hacer fotos en restaurantes en los q no comen,  porque siempre comen en el VIPS.
  • Desayunos con aguacates, ese gran descubrimiento del siglo XXI.
  • Ahora todo somos veganos, hacemos yoga, llevamos barba o bigote y calzamos sneakers.
  • Ver fotógrafas, decoradoras, estilistas, comunicadoras, guías espirituales y CV increíbles (a la par que imposibles porque una persona no puede saber tantas cosas a la vez) solo porque han hecho cursos, en su mayoría, online. No saben el daño que hacen a los verdaderos profesionales.
  • Lo cansadas que están todas después de tener un desayuno o brunch de una marca guay (regalo s incluidos) o asistir a una presentación de otra marca super guay. 
  • Y así hasta una larga lista de cosas que no son reales, que no aportan ni valores ni contenido.

Podrás pensar que desconozco el medio, que detrás de una cuenta hay una persona que hace un trabajo multitarea además de ser madre, que es un trabajo o una forma de vida, dirás "Pero, esta que dice... si ella publica como todo el mundo" e incluso que la envidia me corroe. Y no te falta razón pero quizás ha llegado el momento en el que me he cansado de tonterías y medias verdades. Y no, no es envidia porque, simplemente, no puedo tener envidia de vidas irreales.






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